Un poblado fortificado de la Edad del Hierro con más de nueve hectáreas de superficie, del que se cree que albergó, en algún momento, a cerca de dos mil habitantes entre sus murallas. Sucumbirá a la dominación romana tras el siglo II antes de Cristo, aunque continuó con cierta actividad algunos siglos más, seguramente por sus ventajas para el control territorial de la minería del oro.